-Me toca en esta oportunidad la doble responsabilidad de narrar parte de los hechos que nos tuvo como partícipes directos de lo que muchos años después conoceríamos como Defensa del Litoral Marítimo Patagónico. Me llamo Eduardo Ramos y compartiré junto a Uds un pedacito de lo vivido; la mitad de lo que fue Eduardo quedo halla en Santa Cruz -Caleta Olivia-, y la otra mitad volvió y tuvo que aprender a vivir en sociedad de nuevo. La noche anterior a mi incorporación al Servicio Militar recuerdo que nos juntaron en Pilar junto a mi familia y tíos de Entre Ríos que no veíamos hace mucho y nos esperaban para hacer un asado en familia y despedirme junto a mi primo Daniel Palavecino que justamente como yo nos teníamos que presentar al día siguiente,(sin entender lo que Dios nos tendría como escogidos a lo que pronto viviríamos), al Servicio. Tal es así, al día siguiente nos presentamos con el telegrama y D.N.I en el D.M.S.M e inmediatamente nos hicieron ir hacia una enorme fila formada de jóvenes dentro del Aeródromo del Palomar, no entendíamos mucho con Daniel y hablábamos haciendo chistes entre nosotros que nos mandarían o a la Antártida o al Norte, esa misma primeras horas de la tarde hacía mucho calor ese día y empezamos a embarcarnos en un Boing 707 sin asientos sentados todos en el piso de la aeronave, preguntábamos hacia donde nos llevaban, y en total hermetismo, ni una palabra. Llegamos a las 15/16.00hs a lo que después conoceríamos como Comodoro Rivadavia, nos recibió esta hermosa Ciudad con mucho viento y pedregullo, nos hicieron esperar en la pista misma éramos como 500 personas que habían arribado y enseguida nos separaron en grupos y empezaban a embarcar inmediatamente, mi primo tiempo después, me enteré que estaba en el Liceo Gral Roca y a mi me habían mandado a lo que luego sería mi Unidad de origen el Cdo IX Br. I. -Comodoro Rivadavia-. Al poco tiempo compartimos la Instrucción en el Trébol con gente del Bat Log.9- del R.I. 8 – Cia. Com 181 y si bien es cierto que el tiempo de instrucción fue de 45 días no tuvimos como si los tuvieron otras Unidades Instrucción de noche, y nos empezaron a informar que al regreso a la Unidad estábamos en proceso de entrar en un conflicto armado en breve tiempo y debíamos aprovechar al máximo el tiempo en el campo. Al llegar a mi Unidad me destinaron a Operaciones 1° y luego me derivaron al sector de Comunicaciones con las teletipos ahí empezamos a realizar turnos de 24×48, lo bueno al principio de ese lugar es que podía hablar a Baires en cualquier momento, pero con el que no podía hacer contacto era con mi primo en ese tiempo. Enterados ya de la Recuperación de Nuestras Islas Malvinas los movimientos en el área que estaba eran controlados y censurados continuamente y no podíamos salir de lo que se veía y se hablaba en esa sala y cuando había mensajes codificados nos quedábamos el soldado transmisor y el Oficial que enviaba el mensaje cifrado. La adrenalina era al 100% y superaba esa presión cuando recibíamos alertas tempranas, o como el pedido de apoyo del Sobral cuando fue atacado luego de intentar evadir una salida de escape en medio de una patrulla de un HARRIER. En ese momento sentía que mi alma salía de adentro mío y me sentía atado sin poder ayudar como se debiera, o lo que creía yo que se debería hacer, después entendí que la mejor ayuda a tanta distancia era contenerlos y pegarnos a la radio.
Mi Unidad por formar parte y ser integrante del TOAS ya que el Cdte. De mi Unidad era el Gral Daher, estaba ejerciendo el mando militar al 2 de Abril de 1982 porque transitoriamente tuvo el mando en Malvinas y le fue entregado la gobernación por Orden del Estado Mayor al Gral. De Brigada Mario Benjamín Menéndez, vuelve a la Unidad de Comando y ordena que una agrupación de 60 hombres Soldados mas Oficiales y suboficiales salgan a Pto. Argentino a fin de custodiar a los Oficiales en cabeza del Gral. García y el Cnel. Alais llevaban las Directrices para la Defensa y Ataque en Islas Malvinas llegan el 3 de Abril y permanecen hasta el 14 de Junio 1982.
Los que quedamos en la Unidad del Cdo. Ix Br.I. cumplíamos acciones de transporte, custodia, vigilancia de armamento y pertrechos que debíamos llevar y descargar en las Unidades afectadas para la reserva de munición. Como también nos ocupaba el lugar de estar en el Aeropuerto de Comodoro Rivadavia para embarcar pertrechos, armamentos, minas antipersonales desarmadas, ropa, algo de víveres, ya que en la planchuela de aluminio que se embarcaba en la Chancha, la prioridad era el 50% de armamento, y luego que restaba se ponían pertrechos y víveres, si bien dormíamos afuera del Lobby del aeropuerto, no se nos permitía que nos vieran civiles deambulando por el interior del mismo.
En mi caso en particular cumplía actividades en la parte de teletipos y en el tiempo de descanso quedaba afectado al desarrollo de las acciones que requería el momento. Es así, que dió lugar a que entre el 29 y 30 de Abril, quedara afectado junto con el resto de la Unidad que quedábamos a que saliéramos a partir de las alertas que dieron lugar durante la tarde noche de ese 29 de Abril con destino incierto con armamento completo. Llegamos la noche del 29 de Abril 1982 a la comisaría en CALETA Olivia para tomar conocimiento de lo que sucedía, para lo cual nos hicieron bajar de los Unimog e ir tomando posiciones a lo que sería una cabecera de playa teniendo a espaldas nuestras una pequeña población civil y los Tanque de YPF, ( la gente contenta y debía a la hora de la noche se nos acercaba a nosotros para darnos aliento y traernos chocolate caliente, pan, era muy fuerte ver esa imagen con gente civil tan cerca), . Estábamos muy nerviosos todos, era una noche cerrada y desde tierra podíamos divisar a km de la costa una luz muy chica en alta mar. De pronto desde mi posición siento que se acercaban unos helicópteros desde espaldas nuestras y logro ver que uno sobrevuela sobre la costa y el otro lo hace en dirección de tierra adentro, nos manteníamos cuerpo a tierra esperando la orden de hacer apertura de fuego libre (lo que nunca sucedió) en el sector nuestro,
Meses después, me entero a partir de que como tenía la facilidad de poder hablar a Baires a diario me entero por parte de mi madre que mi primo estaba muerto, recuerdo que estaba de guardia en las teletipos y entré un poco en schok, confundido y encolerizado al mismo tiempo de como no pude hacer nada por el, hasta que me enteré en la parte judicial de mi Comando que ellos habían caído siendo helitransportados y lo peor fue saber que los helicópteros de esa noche( que se aparecían detrás nuestro estando acantonados), en uno de ellos iba mi primo Daniel Palavecino -entrerriano- panza verde- y parte de los 9 caídos caídos en esa acción de guerra, a partir de ahí ya no quería volver a casa sin mi primo. Hasta que fui elegido a mediados de Mayo junto con unos 40 hombres para salir a Puerto Argentino y lograr hacer el relevo de nuestros compañeros que estaban apostados, me dije era mi momento de hacer algo por mi primo, recuerdo que nos hicieron acostar vestido con ropa de combate y armamento listo para salir y equipo, hasta que fuimos embarcados en los Unimog en el playón y mientras esperábamos se nos acerca el 2°Cdte. El Coronel ALAIS y nos ordena desembarcar nuevamente y ordena formación y le pido hablar preguntándole por qué no salíamos, para lo cual me contesta. – Soldado, no podemos embarcarnos porque está roto el puente aéreo-, a lo cual le digo pero podemos salir igual. Me mira (y me dije me va a bailar o me va a mandar a calabozo), me mira a los ojos y me dice.-Soldado, está roto el puente aéreo, no solo que no podemos volar ante la posibilidad de que nos derribe algún inglés, sino que si quisiéramos aterrizar el fuego amigo lo haría. Termino el dialogo y se marcho.
Puedo decir que nunca quise volver a BAIRES, después de ese momento no había nada mas en la cabeza que querer ir a la Isla.
Y esto me costo mucho años entender el por qué volver, una pregunta que nunca tuvo respuesta en mí. Hasta que fui entendiendo que sus memorias debían ser tenida presentes siempre, tal vez no explicar como habían fallecido sino como habían vivido.
Yo sabía, estando en el Sur, aún antes que se produjera la baja definitiva que tendríamos una 2° guerra, esta vez silenciosa, meticulosa e interminable. Tiempo después la realidad me daría la razón, éramos los despreciados, nos quisieron sentir cómplices de la última dictadura militar y nos intentaron desaparecer de cualquier registro militar, mediáticamente y políticamente.
Puedo decir sin ningún tipo de dudas que si no hubiera sido por el apoyo de mi familia y mi esposa e hijos hoy no estaría escribiendo esto que a casi nadie le pueda importar, salvo a aquellos que hemos transitado a lo largo de estos 40años de destierro en nuestro propio país, de desprecio, del Honor robado y de olvido, tengo la convicción y a certeza que Sera Justica. No Todo Paso En Malvinas…