Descripción
COMODORO RIVADAVIA, 24 de abril de 1982
—
por Manfred Schonfeld
Alerta en el Sur .
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, | Los sucesos de los últimos das -en lo que
| al conflicto argentino» británico se refiere.
Ñ demuestran, entre otros aspectos de secun-
daria importancia, lo sigwente:
1) Que la misión Haig, alabada en un
principio como genuino intento de media-
ción, nunca fue tal, Fue simplemente una
manera más de ejercer preersión sobre la
Argentina y hacernos perder el tiempo,
a para que los británicos, en el interín,
desarrollaran de la mejor manera posible
una poltljca quelos hiciera sir con bien de
la mad dista situación en que el capricho
personal de su jefa de gobierno les había
ntanarse. 5i Maig, con sus
obras dilatorias,, disfraza»
das de negociación, logró eso para la
Phatcher,
el momento: depende, entre otros factores,
¿de la opinión pública británica. Pero que a
nosotros nos hizo daño, de eso puede estarse
seguro: nos hizo pasar por cs conocidas
alteraciones de la “ducha de helada? y del
“baño de yapor”, de la esperanza a la
depresión, de la firmeza u la bajada de
guardia, esta última siquiera en algún
momento, Y eso es siempre negativo, para
un país que debe estar unido como un
bloque monolítica, dispuesto 4 defenderse,
po contra una posible amenaza, sino contra
un enemigo que está avanzando en tren de
ataque. Toda la misión Mig fue, por ello,
perjudicial para los intereses argentinos.
Es más; fue esa su intención] pero como
lamentablemente shoy lo mismo que desde
. hace años- no tenemos politicos que, en
materia de relaciones internacionales,
bueaí olfato, ni capacidad para
ión, se le hizo el juego al
heeho empo
estériles mu
Lengrin al
una rápida ves
salgo que ho puede saberse por
DEA, TIAR y ONU; otros tantos foros
vacuos »
2) Lo propio -aunque en otro sentido, bien Ñ
que con idéntico:o parecido efecto último- *
se refiere a los foros supranacionales; así se
¿
empezar lenta y pesadamente con’las
interminables peroratas, típicamente
latinoamericanas, a fin de ver -y después de
yotar- si se aplica o no se aplica lo preyisto
por el PIAR, y en qué medida y hasta qué *
punto se aplicaría, en caso de dedicarse, y
trate de la ONU, de la OBA o del instru» > por catorce votos mínimos, a que de por sí
‘mento defensivo de esta última, el TIAR,
“Si almenos los debates en torno’a la Y”
«Aplicación del TLAR hubiesen entrañado >
una obligatoria “Lregua” para ambos
«bandos beligerantes -es decir una pausa en o
el ayance de los buques británicos, lo cual y:
¿nos habría permitido reordenar lo que el +
ambiente pre-bélico desordenó en nuestro +
– país, reacondicionar la economía nacional
para convertirla en una genuina economía
de guerra, refortalecer la frontera con.
—Chileyetcótera-, podría decirse que toda la –
estrambólica aparatosidad del organismo
interamericano nos serviria de algo, Pero y
¿ho hay tal tregua. Si bien la información
+ que’es. manejada desde los principales
»”centrog informativos occidentales -y de la
““eaul son, a menudo, inocentes vehículos
nuestros propios de difusión-, si bien, +
if . repetimos, esa información nos dice quela
¿flota ayanza sólo muy lentamente, nada
¿cierto nos consta al respecto, Puede ser que
así sea, pero nada obsta aque, al amparo de
“esa imagen del grueso de la flota británica
en situación semi-estática, algunas nayes –
muy rápidas ya estén acercándosea su
única meta interesante, a saber lus Geor-
gias. del Sur o las Sandwichide! Sur, para
lanzarse allí a una masacre de las necesa-
riamente escasas tropas argentinas, Ka-
narsé unos laureles para rehabilitar a Mrs.
Thatcher e irse de nuevo… mientras toda-
tcorresponde aplicarle,,. Después de locual,
de cualquier manera, cada país está libre
de hacer o de dejar de hacer lo que estén sus r
alcances, es decir -dicho con toda claridad».
que quizás recibamós (si no los recibimos:
ya bajo cuerda) algunos aviones perpanos, –
Lima de todos modos nos hubiera dado (aya
“nos dió), con o sin el TIAR. Gran operatiyo
diplomático, como se ve, sobre todo en
tiempos de guerra… “¡A
Preparándose para.alguna pequeñas —Lotal imposibilidad teórica a la q que—
claudicación? 4 e
y Po
A todo eso, no sería rara que, a fl de
salyarle el pellejo politico a la “dama de
hierro”, se estuviese preparando alguna
pequeña claudicación, de esas de las quese)
¿55 de penetración para hacer concesión
muestra que no es precisamente un genio),
sino por las circunstancias britálicas;
curiosamente, algo bastante similar está
pasándole a Ronald Reagan en su propio
país, Quizás se deba a ello el frenética nfán
de Reagan de sostener, a culquier procto, a
Margaret Thatcher en Grin Bretamo).
Sea ello como fuere, se está hallando
menos -oficial y oficiosamente- en iúestro
medio de los archipiélagos ast ralesfue no
son las Malvinas, razón por la cualsospe-
¿chamos que allí podría haber oa
28 (UE,
creemos y sostenemos, de modo dlguno
“deben hacerse, al menos no voluntaria
¿ Mmente, También se ha vuelto a mencionar
la insensatez del gobierno “hipartito” una
“práctica, después de lo que hu sudedido:
1
Edeuando lo único que, en el mejor) de los
ELA 0;
casos, podría aceptarse (después de termi:
nado el estado de guerra) es algún Jipo de
representación británica, digantos un
yiconsulado porque más que esd no se
sabe que el pueblo argentino -cansador». Necesita, en las islas, para colaboril con el
después de tanta tensión, de tantos altiba=?*’* proceso material y Lécnicode la liquidación
jos, de tantas subidas y bajadas de presión
tal yez acepte como “precio” de la paz, (E
cuanto a salyar el aludido pellejo, es dign
de destacarse que la permanencial mel
poder de Margaret Thatcher pareciera
haberse convertido en algo usí como una
obsesión de Ronald Reagan. No puede!
saberse por qué, sólocabe intuirlo. Magyle
Thatcher legó al poder como una especie
de esperanza y promesa hecha Carne;
Reagan, por su’ parte, también. La Phat-
cher ha resultado ser un fiasco, en muchos
sentidos, quizás no necesariamente Por su
culpa (aunque la obstinación q
tra en su conflicto con la A
y transferencia de bienes, liecras, pyros de
indemnizaciones donde hubiese
ellas, estudios estatales, cuestiones julicia-
les pendiente y de cómo se tratarántdas que
estén en trámite, y todas las demás Jinenu-
dencias” cuya solución práctica ldvnca
veces mucho tiempo, requeete de mutua
buena voluntad y espiritu de compl enstón
y de colaboración -que, pur ceterto, me
faltarta de purte argentina
modo alguno, supone nl liaermás levejaeces!
dad de un “gobierno bipartito”. Estjol tirao
sería, pues, una neta concesión pjlitica,
pora fue, de
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